viernes, 26 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 7)

29 de marzo de 2013 
(Escribe Juan)

Esta mañana hemos madrugado y hemos desayunado viendo amanecer desde la terraza de Nelly (wonderful!) y tras pagar y despedirnos hemos cogido carretera rumbo a Trinidad. Acabamos de pasar Cienfuegos y hemos decidido no entrar al centro y seguir, quedan 80 kilómetros.
(Escribe Gema)

Pasamos la ciudad de Trinidad sin detenernos con la intención de buscar el centro de buceo y hacer la reserva para el día siguiente.
Entramos a varios hoteles de todo incluido hasta que llegamos al lugar del buceo. Allí Igor nos dijo que mañana a las 11 hora cubana-española estuviéramos allí. Nos dimos una vuelta por el hotel y, por probar, entramos a preguntar por los precios de las habitaciones. Una habitación doble costaba 140 CUC, muy caro, pero todo incluido… nos planteamos darnos un capricho, pero al no poder pagar con tarjeta desistimos y nos fuimos a buscar una casa particular. 

Fuimos en dirección a La Boca pues en la guía recomendaban dormir allí en vez de en Trinidad donde la guía dice que los jineteros acosan a los turistas. En La Boca nos topamos con González que desde la puerta de su casa nos invitó a entrar y negociar. La casa estaba muy bien y decidimos quedarnos por 20 CUC cada pareja en una habitación y el desayuno incluido. Además a la hora a la que llegamos pensamos que estaría bien comer allí por 5 CUC cada uno; nos prepararon bistec de cerdo. Como no tenían, en ese momento, cerveza fría nos fuimos a dar un paseo, comprarlas y darles tiempo a preparar la comida. 

Todo estaba buenísimo: ensalada, arroz, frijoles, patatas fritas y bistec. Después de la comida tomamos un té y Raúl intentó fotografiar un colibrí que todos los días se da un paseo por el jardín de González y Alina, cuyos hijos se llaman todos Alex. 
Un rato después nos fuimos a dar una vuelta por la playa de La Boca y darnos un bañito, pero el fondo del mar en esta parte está un poco feo y turbio. 
(Escribe Juan)

Nos dimos el bañito y luego nos fuimos a Trinidad, una ciudad colonial, la segunda ciudad fundada en la isla que tiene mucha historia y que mantiene un centro histórico con los edificios originales de la época colonial. Al aparcar conocimos a Victor, un parqueador oficial del parqueo de Santa Ana. Un tío muy amable y simpático que nos indicó hacia donde ir. Como era Viernes Santo había una procesión que no llegamos a ver salir, pero la plaza de la iglesia estaba llena de turistas y lugareños expectantes. 
En una tienda de por allí compramos un par de souvenirs y como no salía la procesión nos dimos un buen paseo por el centro de Trinidad. Varias personas nos ofrecieron sitios para comer y mientras Raúl y Belén entraban en las tiendas, una mujer, Felicia, nos ofreció un sitio para cenar en una casa colonial en cuyo patio había un árbol muy antiguo, de unos 400 años y nos dio buen precio por la cena: 5 CUC por la cena con el plato de pollo, cerdo, pescado o camarones y 6 CUC con langosta; todo ello acompañado por las típicas viandas. 
Después regresamos a La Boca y dormimos genial...

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