jueves, 25 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 6)

-- 28 de marzo de 2013 --
(Escribe Juan)

El día amaneció muy nublado, pero según desayunábamos fue abriendo el día. Decidimos ir donde el día anterior con intención de ver la Cueva de los Peces y con suerte encontraríamos a alguien dispuesto a hacernos un bautizo de buce. De camino Raúl se dio cuenta de que se había dejado la funda de buceo para la cámara en casa. 

La entrada a ver la Cueva de los Peces era, sorprendentemente gratis y en la puerta, fuera en el parking, había una caseta donde organizaban inmersiones. Fuimos a preguntar y nos dijeron que a Gema y a mi, como no habíamos hecho bautizo, nos tenían que dar una clase teórico (10 CUC por persona) y que la inmersión eran 25 CUC por persona. Le dije que nos hiciera precio y que nos lo dejara a todos por 100 CUC a lo que él accedió. 

Volvimos a por la funda de Raúl, nos dieron la teórica a los cuatro, nos pusimos el equipo, cruzamos la carretera y allí mismo nos metimos en el agua y a los 5 minutos ya estábamos todos sumergidos. Las primeras sensaciones son ligeramente agobiantes, pero una vez sumergido y estable, tranquilo, sólo hay que estar atento a compensar los oídos al descender y sobre todo a disfrutar del paisaje. La costa este de Bahía Cochinos es increíble. Hay una amplia zona poco profunda (3-6 metros) con muchas corales y bastante flora y fauna marina y después un escalón… por lo visto la Cueva de los Peces desciende hasta unos 60 metros y se comunica con el mar por ese escalón. 

Dimos nuestro paseo bajo el mar, unos 40 minutos muy disfrutones en los que, gracias a la cámara de Raúl, pudimos hacer unas bonitas fotos. Nuestro guía se llamaba Julio César y la verdad es que nos dio mucha seguridad y nos hizo pasar un buen rato. 
Después de esos 40 minutos nos dimos un buen baño, prácticamente solos, en la Cueva de los Peces y tomamos algo en el chiringuito.
Luego fuimos hasta playa Girón, un lugar apartado con un complejo turístico que se parece a la ciudad de Eduardo Manostijeras, pero sin plantas ni arbustos… volvimos sobre nuestros pasos y nos paramos en una cala llamada Punta Perdiz. Nosotros cuatro solos en un lugar paradisíaco, nos pusimos las gafas y estuvimos buceando gran parte de la tarde.
Más tarde volvimos a Playa Larga y nos tomamos un cocktail en el primer bar de la playa: un mojito, una piña colada (dentro de un coco), una canchánchara y dos cervezas.
Al terminar fuimos a la casa y ya estaba preparada la cena y charlamos con ellos hasta las 23.00 que nos fuimos a acostar.

¡Un gran día!

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