jueves, 25 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 4)

-- 26 de marzo de 2013 --
(Escribe Belén)

Arriba a las 8 para desayunar. Yanelis nos preparó un par de termos de café y leche para desayunar, pan, mantequilla y mermelada de guayaba. Estaba todo tan rico… que no dejamos nada. Nos metimos en el coche y pusimos rumbo a la cueva de Santo Tomás. Una vez allí hablamos con Alexis y nos explicó lo que veríamos en la cueva y que la entrada eran 10 CUC por persona. Pagamos y nos dieron los cascos, como andaban justos de frontales les dijimos que los cuatro teníamos los nuestros, cosa que agradecieron bastante. Cuando se formó el grupo con más gente (alemanes, suizos y franceses) nos fuimos hacia la cueva.
Alexis, el guía, nos dijo que había estado viajando por España y Alemania. Es un tipo majo. En la visita solo pudimos ver los niveles 6 y 7. Nos enseñó las estalactitas, estalagmitas y las anomalitas, que son una formación rocosa que ha crecido en horizontal por las entradas y salidas de aire de la cueva; Belén se dio con una, menos mal que llevábamos casco. Damos un par de vueltas por la cueva y salimos muy contentos con el paseo.
Después fuimos a dar una vuelta a ver los mogotes, al valle de Viñales. Queríamos ver el Mural de la Prehistoria, así que allá fuimos. A la entrada del mural hay un vigilante que nos pidió 3CUC por persona para entrar, nos dijo que incluía un zumo, pero como el mural se ve desde la carretera nos dimos la vuelta e hicimos las fotos desde lejos. Fuimos a otro aparcamiento para poder hacer la ruta de los acuáticos. Estaba al lado de un campismo y al aparcar llegó otro vigilante… a pagar otra vez. Le dimos 1 CUC y listo.
Entramos en un camino de tierra hacia el valle y tras vernos se acercó un chico a ofrecernos una ruta en caballo o guiarnos, le decimos que no, que vamos a dar un paseo por nuestra cuenta… pagar otra vez no nos apetece y el camino parece claro. Había carteles hacia un mirador y seguimos las indicaciones. El mirador era una casa en la que nos dice un señor que no podemos llegar hasta los acuáticos porque hay un guarda que no nos dejará seguir si no llevamos guía. Luego nos dijeron que eso era un mirador porque los de la casa lo habían puesto en los caminos para atraer a los turistas… además a Gema no le gustó porque tenían una jutía en una jaula.
Así que nos damos la vuelta y cogimos un sendero que vimos y dimos un paseo a ver si aparecemos bajo los mogotes o entre ellos. Resultó ser un camino muy chulo, en el que había cerdos, gallinas, caballos y huertas. En una de esas huertas encontramos a Oslirios que estaba entretenido con las piñas que tenía plantadas. Le dijimos que nunca las habíamos visto en la planta y se puso a contarnos cosas de su huerto. Oslirios también nos contó que no le gustaba la gente que intentaba timar a los turistas. Nos contó cosas de sus hijos y de turistas que iban a visitarle cuando volvían a Cuba. Nos llevó hacia su casa y nos enseñó los dibujos que hacía su hija y unos puros que hacía él. Raúl le compró dos paquetes de puros y Oslirios le regaló un puro para que lo probara.
Partimos de nuevo para buscar algún sitio donde comer en Viñales. Preguntamos por allí un sitio bueno y barato y nos recomendaron “ La Brisa”. Tomamos pollo y salchichas y la comida nos salió por 12 CUC. Mientras comíamos nos dimos cuenta, cada vez más, que nos timan allá donde vamos, que somos monederos con patas.

Decidimos comprar pan y queso para comer el día siguiente. Fuimos a una panadería del pueblo y nos vendieron a escondidas unos panes. Suponemos que solo se puede pagar en moneda nacional y a cubanos, porque nos pide el señor esconder la bolsa del pan. Luego fuimos a una tienda y compramos algo de queso, en la casa teníamos algo de fruta y tomates que compramos a una mujer que tenía un puesto a pie de carretera.
Eran las 5 de la tarde y no sabíamos qué hacer, además hacía un poco de frío. Pensamos que estaría bien seguir un cartel que indicaba a un mirador. Subimos, hicimos unas cuantas fotos y vimos el paisaje… qué chulo es el valle de Viñales.

Como aún era pronto miramos en la guía qué más podíamos hacer por allí. Encontramos una ruta llamada “Las Maravillas de Viñales” así que dimos media vuelta y fuimos para allá. La ruta está entre Viñales y la Cueva de Santo Tomás, está indicado en la carretera. Dejamos allí mismo el coche y nos metimos en la selva.
Empezamos a adentrarnos en la selva y vimos un montón de árboles diferentes, plantas y pájaros. Buscamos en especial al tocororo, un pájaro que tiene los colores de la bandera cubana, y lo oímos y vimos!!!
Nos perdimos un poco por la selva, vimos un par de tocororos más y unas cuantas orquídeas, pero al final conseguimos llegar al coche. Ha sido una excursión genial, creo que lo mejor para todos en lo que va del día y además gratis!

Volvimos a Viñales y por el camino recogimos a un señor muy mayor que hacía autostop y venía de trabajar. Le dejamos un poco antes del pueblo y nosotros fuimos a buscar la gasolinera, que andamos justos y quizá por la mañana no estén abiertas. En la gasolinera de Viñales nos dicen que no tienen nuestra gasolina. En Cubacar nos dijeron que teníamos que echar Especial de 1,40. Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que esa gasolina es para los turistas y le hemos ido echando de la gasolina que encontrábamos con diferentes octanajes.

Fuimos a casa de Yanelis y Judán y nos tomamos allí unas cervezas mientras esperamos la cena. Mientras Yudán nos da conversación y nos pregunta por donde hemos estado hoy y qué pensamos hacer mañana. Le decimos que pensamos ir a Playa Larga, en Bahía Cochinos y él nos comenta que tiene unos conocidos en Playa Larga que alquilan habitaciones. Les llama por teléfono y Raúl habla con la señora, el precio lo negocia por 30 CUC por habitación, si no encontramos nada más barato ya tenemos un sitio reservado sin compromiso. Nos parece un poco caro. Ya encontraríamos algo allí. Aunque la señora con la que habló Raúl le dijo que apenas había casas allí al llegar nos dimos cuenta de que el pueblo estaba lleno de casas de alquiler…

(Con habitaciones así ¿quién necesita azucar en el café?)

Como hacía un poco de frío, les pedimos cenar dentro de la casa. Nos dijeron que no había problema, ellos mientras veían la tele, Tele Revelde. La cena otra vez espectacular. Sopa de fideos con curri y otras especias, arroz, malanga y tortillas con cebolla. Dejamos todo pagado y le pedimos que nos preparara un termo con café y otro con leche. Nos acostamos pronto ya que la alarma de Raúl sonaría a las 5 de la mañana.

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