sábado, 27 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 15)

-- 6 de abril de 2013 --
(Escribe Gema)

Último día!! Nos despertó el panadero que decía que tenía pan suave. Nos preparamos tranquilamente porque Zuni nos dijo que el desayuno estaría a las 8:15. Le dimos una piña para que la pelase para el desayuno. Nos puso pan, café y nos hizo un revuelto porque ella y Olga pensaron que era poca comida. Qué majas! 

Después del desayuno tuvimos una charla muy agradable y nos dijeron que era mentira eso de que los cubanos no podían entrar en Varadero (que eso sería cuando Batista) y que ellos pagaban también 2 CUC por peaje. Les dimos unos bolis y cuadernos para sus nietos y el bote de champú que tenía el tapón roto. Pagamos y nos fuimos, hicimos una pequeña parada junto al mar porque Raúl se encontró al hacer la maleta que en una concha que había cogido el día anterior había un cangrejo. ¡Pobre! Así que paramos a devolverlo al mar.
Tardamos poco en llegar a La Habana. Nos orientamos bien con los mapas que teníamos y llegamos a Casa Martha desde el Malecón. Allí estaba Agustín y nos preguntó por el viaje. Nos dio la ropa y tras saludar también a Rubén nos fuimos. 

Había un mercadito en la misma calle Lealtad y nos paramos a comprar frijoles negros. A ver que tal nos salen en Madrid. 

Por último nos quedaba entregar el coche en Miramar, en la 5ª con 84, sorprendentemente lo encontramos bastante bien, sin tener que preguntar mucho. Entregamos el coche sin problema a la hora estipulada y luego Vladimir nos acercó al Hotel Comodoro porque le preguntamos por la playa más cercana y nos recomendaron dejar las maletas en el hotel y luego estar por allí, que había tiendas y restaurantes. No hacía mucho día de playa. 

Conseguimos dejar las cosas en el hotel y el maletero nos pidió la voluntad. Luego buscamos un sitio para comer; él mismo nos dijo un par de sitios y terminamos “en familia”. Ese restaurante era muy raro. No tenían carta pero podías comer comida china, italiana o barbacoa y dentro tenía una dulcería y una heladería. 

Comimos muy bien, un par de pollos barbacoa y brochetas de cerdo y pollo. También un plato de arroz frito. Todo muy rico y con una camarera muy simpática, Yasbel se llamaba. 
Al terminar nos fuimos al hotel, al baño, y nos sentamos un rato en los sillones. Juan se quedó dormido, luego quisimos ir a ver tiendas, pero pasamos por la playa y allí nos quedamos un rato viendo romper las olas que saltaban por encima del Malecón. Mientras veíamos el mar pedimos unos cafés y allí estuvimos un rato. Luego fuimos a mirar tiendas y como aun nos sobraba tiempo nos tomamos una cervecita en una terraza muy moderna. 

A las 17.15 fuimos a por las maletas y cogimos un taxi en la misma puerta del hotel, por 20 CUC nos llevaba al aeropuerto. Hablamos un poco con el taxista de política y de que él para vivir mejor se metió en un taxi a trabajar. Antes era director de electrónica, pero ganaba muy poco. 

Hicimos la facturación y a Gema se la hizo su YO cubano, otra Gema Miguel!! Increíble! Luego pagamos la tasa de 25 CUC para salir de Cuba y después a pasar el control de inmigración, un rollo. Ya dentro y como no había nada que hacer nos tomamos las últimas cristal y los últimos mojitos. 

Nuestro avión, que debía salir a las 21.00, se retrasó hasta las 22.30, bueno pues otro mojito para Juan y Raúl. Vaya tajada pillaron… otra vez... 

Y ya estamos a punto de aterrizar en Madrid.
Ahora solo queda recoger las maletas, que esté el coche de Juan donde lo dejamos aparcado y llegar a casa. Espero que no se hayan muerto muchas plantas. 

Ha sido un viaje genial, irrepetible… o quizá no… Cuba seguirá estando allí y ojalá podamos volver algún día. Desde luego esta isla no termina en los resorts ni en La Habana.

1 comentario:

  1. Muy buen diario! Muy buenas experiencias compartidas.. Saludos desde Veracruz, México!

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