sábado, 27 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 13)

-- 4 de abril de 2013 --
(Escribe Gema)

Quedamos entre las 8.30 – 9.00 para desayunar y fuimos bastante puntuales. El desayuno del hotel está muy bien, pero llegamos tarde para el horario guiri y nos quedamos sin bacon. Volvieron a rellenar el hueco de los huevos revueltos y un guiri con el plato todavía lleno de salchichas se tiró corriendo en plancha, pero Juan fue más rápido. Hay que ser gumia! 

Al terminar bajamos a la playa. Era temprano y Juan y Gema se fueron a dar un paseo hasta el final de la playa y Raúl y Belén se quedaron en las tumbonas con el ánimo de tomar el sol y bucear un poco. 
(¡Un culo!)
(Si, bañarme en pelotas me encanta y procuro hacerlo cada vez que puedo)

Al volver Juan y yo nos metimos en el agua y Raúl nos dijo que se veían muchos peces y que era una zona muy chula para bucear. Así que fuimos a por las gafas y nos fuimos hacia la zona de las rocas. Había muchos peces grandes. Al rato Gema salió y Raúl y Juan se fueron hacia la playita que estaba al lado de la marina. Consiguieron ver y fotografiar una raya manta pequeña. 
Habíamos quedado a las 13.30 con los chicos del submarinismo así que decidimos ir un rato al jacuzzi para quitarnos la sal y estar allí en plan relax. Lo del jacuzzi es un inventazo... ¡Que gustito!

Antes de las 13.30 bajamos a la marina, no había llegado el barco aún. Nos tomamos algo y al rato vino Pollo y nos dijo que sí podíamos ir, que había mucha visibilidad. Así que nos dieron los chalecos, neoprenos y aletas y nos fuimos para el barco. 

Antes de lanzarnos, Pollo nos volvió a contar lo de las señales debajo del agua y poco después ya estábamos con los cacharros puestos y tirándonos al agua. 
(¿A que se parece al del Milagro de Petinto? jejeje)

Otra vez a bucear, unos 6-8 metros bajo el mar viendo unos fondos marinos impresionantes y una gran variedad de peces de todos los tamaños y colores. Dimos una gran vuelta cuando de repente el instructor se empezó a acercar a unas grandes rocas y le seguimos hasta allí. Yo pensé que quería enseñarnos algún pez que vivía por allí, pero no. Empezó a adentrarse entre un laberinto de rocas y nos dio un paseo entre aquellos bloques hasta meternos en una especie de cueva de la que salimos por un agujero. Qué divertido! La verdad es que a todos nos encantó. 

Al terminar volvimos de nuevo al barco para hacer un pequeño descanso y cambiar las botellas. Como había muchas olas la cosa fue rápida para no marearnos demasiado. Así que a por la segunda inmersión. Esta fue más tranquila, pero igual de bonita. Gema y Juan lo pasaron un poquito peor porque tenían un poco de frío. Esta vez vimos dos barracudas, una de ellas la vimos todos y era enorme. Además se quedó un rato mirándonos y lanzó un par de mordiscos al agua. Acto seguido se movió en dirección a Raúl y Juan. Raúl luego nos contó que él estaba grabando un video y solo pensaba: ¡que viene! ¡que viene! Pero solo paso cerca y luego se alejó. 
(Con éstas fotos hubo un problema, Raúl no se dio cuenta de que la funda de la cámara estaba empañada... Hizo un montón de fotos, incluso grabó un vídeo de la barracuda... Pero no se ve nada. Una pena )

Volvimos al barco y todos super contentos con la experiencia. 65 CUC que valieron mucho la pena. Llegamos al puerto sobre las 17.00 y nos pedimos algo de beber y sacamos los bocadillos que nos sobraron de la noche anterior. Luego nos dimos una ducha calentita e hicimos tiempo para ir a cenar. 
La cena estuvo correcta, como decía la guía. Juan y Raúl la terminaron con un mojito y a dormir. Otro gran día que terminaba.

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